Este texto lo escribimos con mi amiga Doxificadora
(cuyo blog no pueden dejar de visitar)
para la edición de este mes de La Hendija de Papel
Febrero es el mes del carnaval. Si se quedó sin plata para ir a Gualeguaychú, no se haga mala sangre. Estos son algunos consejos para pasarla bombucha en pocos pasos:
Múnase de baldes, palanganas, fuentones, o cualquier otro recipiente apto para ser llenado con el vital elemento.
Busque un escondite, o lugar seguro, en el que ningún parroquiano con mala predisposición a ser mojado pueda atentar contra su integridad física. Procure no ser advertido. ¡El efecto sorpresa es fundamental!
Acto seguido, vierta el contenido de los recipientes sobre cualquier transeúnte desprevenido. No importa si se trata de una viejecita, el Carnaval nos pone en igualdad de condiciones.
Búrlese, regodéese en su crapulencia, y salga corriendo. Pero tenga cuidado de no resbalarse, el agua suele ser traicionera. Y la Policía no suele captar el espíritu de esta festividad popular con mucha simpatía.
¡Congratulaciones! Es usted lo que suele llamarse “un digno discípulo del Rey Momo”.
Ahora puede volver a su gris rutina y guardar el pomo hasta las próximas carnes tolendas.
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