viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Felices Fiestas! (sin pasas de uva)

Durante varios días parte de la gente de este planeta se prepara para las fiestas navideñas, independientemente de las creencias de cada uno. En realidad no hace falta creer demasiado en nada para tener motivos para festejar, convengamos… Majul.

La maratón festiva (por llamarlo de alguna manera) arranca el 08 de diciembre... hay que armar el arbolito!

Como todos sabemos, al árbol navideño lo primero que se le colocan son las luces, no? Y todos sabemos que si hay una o dos quemadas, sonamos y tenemos que cambiar todo el juego, no?. Ahora yo me pregunto y les pregunto a ustedes… Hay algunas situaciones que realmente no entiendo y querría plantearla en este cenáculo (con perdón de la expresión) que hoy nos convoca, con perdón de la expresión.

¿Para qué se le ponen luces al arbolito, si se ve igual?.

Las luces de un árbol tienen que titilar, no?. Sino las luces del árbol navideño no tienen razón de ser.

En lugar de luces yo propongo colocar un velador al lado del árbol y prender y apagar la luz con el interruptor... total, el efecto es el mismo.

Otra cosa que quisiera aconsejar es que nunca le pongan velas a un árbol de navidad. Un primo mío incendió tres casas por culpa de eso. Resulta que el tipo prendía una vela, soplaba, la apagaba y la prendía de vuelta, para lograr el efecto titilador. Como a los quince minutos llegaba un momento en que se cansaba, no sabía que era verdad y que era mentira y prendía fuego la casa. Tampoco es aconsejable colocar cigarrillos, en lugar de luces. Ahora, si usted quiere ver iluminado todo el tiempo, ponga el árbol adentro de la heladera y listo.

Pero pasemos el capítulo del árbol y vayamos a las fiestas propiamente dichas. La mesa navideña, por ejemplo.

Empecemos por la comida. Si decidiste comenzar la dieta justo en esta semana porque te queres ver bien para el verano. Estas incurriendo en lo que yo llamaría un graso error (y más tratándose de dietas y comida), también denominado por algunos como error garrafa. Para cierta gente la mesa navideña se le presenta como un verdadero desafío. Tienen que comer todo. Turrones, garrapiñadas, mayonesa de ave, platos fríos, platos calientes, asados, cordero, algunos hasta incluso cometen la ignominia de comer chancho!. Helado, ensalada de frutas y por supuesto los infaltables budines o pan dulces… algunos más apetecibles que otros por cierto… ¡buenas noches!.

Hago un llamamiento, desde este humilde lugar… pero no por eso menos importante a la abolición de las pasas de uva. Las pasas de uva son una porquería y lo digo sin que me tiemble la lengua! Hay algunos que se rascan las vestiduras defendiendo esta abominación gastronómica. Miren, yo puedo encontrarme en un catering en la mismísima embajada de Alemania. Y si alguien tiene el tupé de ofrecerme un pedazo de pan dulce con pasas de uva, soy capaz de escupírselas en el rostro al mismísimo embajador teutón.

A propósito, un saludo a todas las teutonas… que tanto me gustan.

Vayamos a la bebida. Con tanta comida, es lógico que algo tenemos que tomar. Y con el calor, a la tardecita empezamos con la cerveza, mientras acompañamos la picada. Más a la noche, tenemos que acompañar la cena con vino, más siendo la sangre de Cristo imagínense. Es parte del ritual religioso. Después la sidra, algún champagne. A todo eso, las bebidas disimuladas en el clericó… que no se cuentan como parte de la mesa pero donde va a parar todo lo que sobra.

Quiero hacer otro llamamiento. Estoy realmente enardecido. O sea, todo bien con el ananá fizz, si a alguien le gusta esa suerte de jarabe gaseoso empalagoso… todo bien. Como dice Serrat, el famoso “Mano”… hay gente pa todo. Ahora… que de cada fruta quieran hacerla fizz y tengamos frutilla fizz, pera fizz, uva fizz… que les pasa a los fabricantes de bebidas!. Esto es escándaloso, como diría Pino Solanas.

Lo único que realmente me gusta de la navidad son los cuetes. Eso si que es lindo, educativo (tira mal un cuete vas a ver cómo te vuela una mano) y divertido. Uno creció tirando cuetes. Desde los inocentes chasquibunes con los que acompañábamos nuestra infancia, compartidas con las estrellitas pasando por los fosforitos, los tres tiros o las cañitas voladoras. Hasta las bombas de estruendo que te vuelan toda una cuadra. Eso es diversión! Se nota que cuando uno más grande se pone más explosivo se vuelve o estalla más fuerte.

Respecto a los cuetes me gustaría hacer otra consideración. El otro día vi por el facebook que hay una campaña de que no hay que tirar cuetes por los animales.

¡Pero por favooor!... Si uno no le tira cuetes a los perros! Además, no entiendo que tanto espamento hacen si tienen 7 vidas. Con que pierda una por año, suficiente. Con esta vida cruel y miserable que se lleva en este mundo corrompido por la corrupción y el individualismo… para que quiere un perro vivir tanto tiempo! Se deprime el perro. Le ahorras el suicidio y por lo menos se divierte. El perro ladra porque festeja, señor!. Se divierte con uno, por algo es el mejor amigo.

Hablando un poco en serio... Tal vez, ese espíritu navideño del que tanto se habla, esa noche de paz y de amor signifique en realidad levantar la copa y brindar con quienes están más cerca de nuestro corazón estén presentes o no.

¡Felicidades y buen año para todos!


De yapa, les dejo el especial que hicimos Los Chanchos para la navidad de 2007... ¡Que lo disfruten!