lunes, 12 de diciembre de 2011

Frases que se cayeron al piso (porque acá nadie se fija)

Hay algunas frases que escuche alguna vez o que se me ocurrieron vaya a saber uno porque y que quedaron inconscientemente en el mismo. Como me resultan simpáticas y a modo de catarsis blogueril, se me ocurrió agruparlas en una nueva sección de este blog (bien abajo de todo) titulada: "Frases que se cayeron al piso (porque acá nadie se fija)"



  • Sólo se que no se nadar

  • Con la elegancia de los que saben llevar la palangana, sin mojar las baldosas

  • Soy tu media banana

  • Piense en dios... ahora también, sabor limón

  • Te traigo estas uvas... de mis uvasales

lunes, 5 de diciembre de 2011

Como fundar una ciudad - Tercera y última parte


Si si, señoras y señores ha llegado la tan esperada tercera y última parte de los consejos para fundar una ciudad. ¿No sabías que hacer el año que viene?. Fundate algo...




Una vez que tenemos el lugar hay que empezar a considerar el trazado que le vamos a dar a la ciudad, es decir adonde vamos a ubicar cada cosa. 

Acá probablemente haya algún que otro conflicto de intereses, porque el cura te va a pedir seguro que la iglesia vaya en el centro de la ciudad. Por supuesto que le vas a decir que no!. Faltaba más. Encima que el tipo no te dejó tomar un poco de agua bendita cuando tenías sed, viene ahora con pretensiones. Según algunos historiadores El Conquistador cuando quería fundar una nueva ciudad, plantaba un rollo de madera en el centro del terreno que debía ocupar la plaza de la población. 

Una estupidez absoluta. 

Se trata de gente bruta que no fundó nunca una ciudad y no tiene ni la más pálida idea de lo que está hablando.

Vamos a ponernos de acuerdo en algo. El centro de la ciudad tiene que ser tuyo, punto. Ahí armas la casa más grande que puedas y se terminó. Una vez que la termines de construir la declaras monumento histórico o patrimonio de la humanidad y no te sacan de ahí ni con los pies para adelante.

Así que ahí te plantas, te pones arriba de un caballo que habrás tenido la precaución de llevar. Porque, como todos sabemos, sin un caballo no se puede ser prócer. El caballo es condición sinequanon para que después te hagan una estatua. Una vez que estas al lado del caballo te conseguís una buena espada. Esto es fundamental. Cuanto más grande sea la espada mejor. Porque la espada es el falo señores… no hay que darle mucha vuelta a la cosa… porque puede llegar a doler.

Una vez en el caballo y con la espada en la mano, rodeado de los futuros pobladores del lugar preguntas tres veces: "Si alguno tuvierais alguna razón, para oponerse a la fundación, que lo manifieste”.

Si nadie dice nada, muy bien… maravilloso.

Ahora, si a algun gilastro se le ocurre decir algo, sin pensarlo dos veces le cortas la cabeza de un espadazo. Asi sirve de ejemplo. 

Y después entregas la cabeza, asi los chicos se arman un picadito y la usan como pelota. Es bueno ir cayendo simpático de entrada.


10º


Ahora llego el momento de la repartija, una vez que tenes tu casa, tenes que empezar a pensar en donde van a ir ubicadas las casas de los demás. 
De modo tal que tenes que aplicar algun criterio para empezar a repartir los terrenos. Puede ser familiares, amigos, compañeros, allegados, conocidos, conocidos de conocidos, conocidos de conocidos de conocidos, el rey o aquel que te presto la guita (total, ni se va a calentar en venir), etc.

Tenes que poner una iglesia, una plaza, un teatro, un cine, una cancha de fobal, un prostíbulo, una comisaría… y todo lo demás.



Te felicito, ya tenes fundada una ciudad… por el nombre no te preocupes. Elegi el primero que se te ocurra… total… una vez que lo decidas se la van a tener que bancar. Y al que no le gusta que se mude o que funde otra ciudad

domingo, 27 de noviembre de 2011

Como fundar una ciudad - Segunda Parte

Siguiendo con este derrotero fundacional, aquí van dos consejos más sobre "Cómo Fundar una Ciudad":





Para fundar una ciudad tiene que conseguir un grupo de gente que lo acompañe, pueden ser presidiarios, asesinos. Desde este humilde lugar le aconsejo que a la hora de realizar la selección tenga en cuenta a instituciones claves del capitalismo, me refiero a que lleve: 


Un Cura (la iglesia), siempre vendrá bien para que la fundación tenga un aval y que mejor que una multinacional con más de dos mil años de antigüedad. 


Un hijo (la familia) por el tema de la herencia siempre conviene llevar un hijo, dentro de lo posible que su hijo sea bastante picaflor, asi embaraza a varias futuras pobladoras y se empieza a desparramar el apellido por todos lados. Con el apellido empiezan los futuros mitos… y los juicios por paternidad. 


Llévese algún mercader alguien que cuente con dinero fresco para llevar a cabo la idea alocada que usted piensa emprender. 


Conviene llevar además a algún historiador. Aconsejo a Felipe Pigna que parece que más o menos la tiene clara y hace rato que no se sabe nada de él, por lo que deduzco que debe estar desocupado. 


 


Ahora elija un lugar, por ejemplo Santa Fe. Pero que no sea Santa Fe porque ya está fundada hace un tiempito. Pero fíjense que caso más interesante es el de Santa Fe, se ve que a quien la fundo le fue tan bien que abrió sucursales por todo el mundo, es por eso que además de una Santa Fe, acá del otro lado del charco ciudades con ese nombre en Brasil, en Chile, en Colombia, en Cuba, en Ecuador, en España, en Estados Unidos, en Filipinas, en Guatemala, en Honduras, en México y en Venezuela. Maravilloso!... 


Eso es ser un visionario!... que proyección de futuro, señores! Mis saludos a la familia de Juan de Garay.


En el próximo post, la tercera y última parte con los consejos sobre "Cómo Fundar una ciudad"

martes, 15 de noviembre de 2011

Como fundar una ciudad - Primera Parte

Hoy 15 de noviembre, Santa Fe cumple sus primeros y jóvenes 438 años. Y la verdad por tener 438 años y después de los gobiernos que pasaron… esta bastante bien.

Muchos conquistadores hubieran dado las vida por obtener esta información, información que tuve que conservar en un cofre bajo 13 llaves… por temor de que esta información me fuera robada por algún que otro historiador. 

En una serie sucesiva de posteos ire dando consejos para fundar una ciudad. 
Aqui van los primeros: 

 

Si va a ser el fundador de una ciudad… en primer lugar cámbiese el nombre. Benito Sánchez no queda bien para los libros de historia. Tiene que ser un nombre con peso… Juan de Garay, Pedro de Mendoza, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca o Pánfilo de Narváez… nos dieron una muestra sobrada de ello.

 

Contáctese con algún rey, algún millonario (puede ser Ricardo Fort) o alguien con dinero para convencerlo de que te tire unos mangos para emprender tu aventura.


Una vez con el dinero en la mano. Lo primero que tenes que hacer es  cambiar el vestuario, pues para ser conquistador hay que munirse de trajes metálicos como así también de un sombrero de metal, todo esto tiene que ser lo más pesado posible. Porque un conquistador nunca puede dejar de tener los pies sobre la tierra.

4° 

Hay que conseguir algunos caballos bravos… caballos salvajes… cualquier cosita hablen con Leonardo Sbaraglia o Hector Alterio que algo deben saber.
Ahora bien, reconozco que en esta época no es fácil conseguir un caballo porque no hay muchos dando vuelta. No se preocupe… si no consigue caballo… afaneselo de alguna jineteada y listo. Afortunadamente ahora en el verano se vienen todo ese tipo de festivales, como en el de Jesús María donde los caballos sobran… a veces hasta arriba del escenario.  


Ufánese por conseguir espadas, sables, tanques, cañones y ametralladoras.


Lleve una buena cantidad de provisiones. Aconsejo llevar mucho huevo duro porque ocupa poco espacio y es bien llenador.  Una cantimplora, por supuesto con jugo de naranja o mejor, con alguna bebida energizante, para mantenerse alerta.
No se olvide del repelente, los mosquitos ahora parecen aviones asi que hay que estar bien preparado.

(continuará)



(Foto: El Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras)



jueves, 6 de octubre de 2011

Voy al punto

                                                                                                                                                                                  

                                                                                               . (llegue)

martes, 4 de octubre de 2011

...


  • a veces son ciertas recurrencias las que molestan
  • ilusiones que se crean
  • o que uno se crea
  • que no son tales
  • y las desilusiones
  • las putas desilusiones
  • suelen ser profundas
  • y ahi es cuando duele
  • la recurrencia en la desilusión
  • que desnudan la soledad

lunes, 22 de agosto de 2011

Catarsis





¡¡¡LA CONCHA DE DIOS!!!







(si, es una buena puteada... gracias Castelo)

lunes, 27 de junio de 2011

Relatores

de Alejandro Dolina


Los griegos creían que las cosas ocurrían para que los hombres tuvieran algo que cantar. Las guerras, los desencuentros, los amores trágicos, los horrendos crímenes, las gestas heroicas: todo tenía para los dioses impíos el único fin de proporcionarles tema a los cantores. La Historia pone al alcance del menos docto centenares de ejemplos de relatos que fueron más ilustres que los sucesos narrados.


Resulta difícil concebir una idea más triste del destino humano. Sin embargo, a los juglares, cantores, cronistas y narradores de cuentos les complace pensar que el mundo se mueve para favorecerlos en su oficio.


Héctor Bandarelli, el relator deportivo de Flores, creyó pertenecer a la estirpe de Homero. Durante toda su vida se esforzó para que la narración deportiva alcanzara las alturas artísticas de la épica.
En sus comienzos, Bandarelli hizo algo que nadie había hecho antes. Siendo entreala izquierdo del equipo de Empalme San Vicente, acostumbraba relatar los partidos que él mismo jugaba. Era héroe y juglar, Aquiles y Homero, Eneas y Virgilio.
Según dicen, no era del todo imparcial en sus narraciones. Cuando se hacía de la pelota, comenzaba a elogiar su propia jugada.

-Extraordinario, Bandarelli avanza en forma espectacular.


Muchas veces, por elegir las palabras e impostar la voz, se perdía goles cantados. Cantados incluso por el mismo.


A medida que pasaba el tiempo, el relator iba superando al jugador. Algunos viejos que lo vieron jugar cuentan que pasaba la mayor parte del tiempo parado en el medio de la cancha, relatando, casi sin tocar la pelota.


Finalmente fue excluido del equipo. Sin rencor ni tristeza, siguió acompañando las modestas giras del Empalme San Vicente, solo para relatar desde un costado de la cancha el partido que jugaban sus antiguos compañeros. Lo hacía sin micrófono y sin radio, de modo que nadie lo escuchaba, salvo algún wing peregrino que alcanzaba a oír de paso su voz emocionada.


Después, según se sabe, el Empalme San Vicente dejó de jugar y sus futbolistas pasaron a integrar otros equipos.


Y en ese momento, cuando todo hacía sospechar la decadencia de Bandarelli, el hombre dio un paso genial: descubrió que su narración no necesitaba de un partido real. Era posible relatar partidos imaginarios, hijos de su fantasía.


Parece una evolución previsible: los antiguos poetas cantaban hazañas más o menos reales. Después las inventaron.


Lo mismo sucedió con Bandarelli. Y al no tener que ceñirse al rigor de los hechos ciertos, los partidos que relataba empezaron a mejorar: se lograban goles estupendos, los delanteros eludían docenas de rivales, había disparos desde cincuenta metros, los arqueros volaban como pájaros, se producían incidentes cruentos, los arbitros cometían errores perversos. De a poco, el artista fue incorporando elementos más complejos a su obra. El tiempo, por ejemplo, manejado en un principio de un modo convencional, pasó a tener durante el apogeo de Bandarelli un carácter artístico y psicológico. Los partidos podían durar un minuto o tres horas.


Algunas veces, el relator omitía cantar un gol, pero daba claves y mensajes sutiles para que el oyente descubriera la terrible existencia del gol no cantado. Aparecían, cada tanto, unas historias laterales que provocaban un falso aburrimiento, que no era sino una trampa para mejor asestar la alevosa puñalada del gol sorpresivo.


Todos recuerdan el famoso partido Boca-Alumni que Bandarelli relató en un asado del club Claridad de Ciudadela. En esta obra mezcló jugadores actuales con glorias de nuestro pasado futbolístico. Los viejos hacían fuerza por Alumni, los más jóvenes por Boca. Ganó Alumni, pero en su magistral narración, Bandarelli dejó caer -con toda sutileza- la sensación de que los boquenses, por respeto a la tradición, se habían dejado ganar.


Las audiencias de Bandarelli no siempre fueron numerosas. Algunos partidos los relató solo, en una mesa del bar “La Perla” de Flores, ante el estupor de los mozos y parroquianos. Pero poco a poco, los muchachones del barrio fueron descubriendo sus méritos y con el tiempo hubo quienes prefirieron escucharlo a él antes que ir a la cancha.


En 1965, Héctor Bandarelli organizó su campeonato paralelo de fútbol. Todos los domingos narraba el encuentro principal, mientras un colaborador lo interrumpía para comunicar lo que sucedía en el resto de los partidos.


Algunas firmas comerciales de Flores lo ayudaron a solventar los nulos gastos del certamen a cambio de avisos publicitarios.


Las narraciones tenían lugar en la puerta de la casa de Bandarelli y, cuando llovía, en la cocina. Hay que decir que el relator poeta nunca trabajó para ninguna emisora y jamás utilizó micrófono, salvo en la grabación que realizara del segundo tiempo de Barracas Central-Barcelona, ya en el final de su carrera.

El campeonato paralelo terminó en un desastre. El artista no tuvo mejor ocurrencia que sacar campeón a Unión de Santa Fe y mandar al descenso a River, lo que irritó a muchas personas, que hasta llegaron a agredir a Bandarelli.

Pero todos los que saben algo del relator coinciden en afirmar que su mejor partido fue Alemania-Villa Dálmine, relatado en el Colegio Alemán de la calle José Hernández, a pedido de la Asociación Cooperadora.


Ese encuentro fue un verdadero canto a la hermandad entre los hombres. Los zagueros entregaban banderines a los delanteros rivales en cada jugada. El árbitro abrazaba llorando a los futbolistas que quedaban en offside. Los de Villa Dálmine hicieron una suelta de palomas celestes y blancas a los quince minutos del segundo tiempo para celebrar el segundo gol de la selección alemana. En el final, todos se abrazaron e intercambiaron obsequios.


Fue inolvidable. En el Colegio Alemán, los padres lloraban de emoción añorando la tierra de sus antepasados. Algunos miembros de la Asociación Cooperadora le pidieron a Bandarelli que volviera a relatar el encuentro en diferido, pero el artista se negó.


En el esplendor de su actividad, tal vez advirtiendo el carácter efímero de su obra, resolvió escribir libretos detallados que luego archivaba prolijamente. Desgraciadamente, sus familiares quemaron este valiosísimo cor-pus argumentando que juntaba mugre. Nos queda apenas un breve fragmento, correspondiente al encuentro Boca Juniors 3 - Vélez Sarsfield 3.

"Solidario, agradecido, ayuno de envidias, Javier Ambrois entrega la pelota a Nardiello. El viento agita las banderas en los mástiles de la Vuelta de Rocha. Nardiello tira un centro rasante... Arremete J. J. Rodríguez, pero ya es tarde... tarde para remediar los errores del pasado... tarde para volver a unos brazos que ya no nos esperan... Ya es tarde para todo."


Según sus seguidores, el libreto le quitaba frescura a Bandarelli y -como hemos visto- recargaba un tanto su estilo.


Un día desapareció. Algunos dicen que se mudó, o que se murió, es lo mismo. La gente volvió a preferir los partidos sonantes y contantes de la radio.


Los relatores de hoy tienen la posibilidad de seguir al maestro e intentar la ficción y la fantasía en sus narraciones. ¿Por qué depender de la actuación, muchas veces mediocre, de los futbolistas? ¿Por qué no crear con la voz jugadas más perfectas? ¿Por qué no dar nacimiento a deportistas nobles, diestros y mágicos que nos emocionen más que los reales?


Se puede ir más allá. Todo el periodismo podría tener un carácter fantástico y abandonar los vulgares hechos de la realidad para aludir a sucesos imaginarios: conflictos, tratados, discursos, crímenes e inauguraciones de ilusión.


En este último instante comprendo que nadie me asegura que estos artistas no existen ya. Tal vez, todo cuanto uno lee en los diarios no es otra cosa que un invento del periodismo de ficción.
Sin embargo, esta clase de incredulidad conduce a sospechar la falsedad del Universo mismo. Suspendamos semejante astucia porque algunos hasta podrían pensar que el propio Bandarelli es imaginario y sus partidos, sombras de una sombra.

 (Extraído de "El libro del fantasma")




miércoles, 20 de abril de 2011

Cuento de Horror

La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses) resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo:


—Thaddeus, voy a matarte.


—Bromeas, Euphemia— se rió el infeliz.


—¿Cuándo he bromeado yo?


—Nunca, es verdad.


—¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio?


—¿Y cómo me matarás? siguió riendo Thaddeus Smithson.


—Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos.


El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sistema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció. Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina.


                                                                                                                    
                                                                                                                                               Marco Denevi


lunes, 28 de marzo de 2011

Un sueño llamado DIFÍCIL QUE EL CHANCHO CHIFLE

Ya sé que es autobombo.... pero es tan lindo cuando uno nota que se le van cumpliendo los sueños.


DIFÍCIL QUE EL CHANCHO CHIFLE es eso: Un Sueño.


Aquello que siempre quise, y como lo quería... actuar, escribir, dirigir, cantar, bailar. Tratar de que pienses y hacerte cosquillas al mismo tiempo. 


Hacer el Humor. 


Un sueño compartido con dos hermanos... Nacho y Rodrigo con quienes basta con una mirada  (y a veces también con una puteada) para volvernos cómplices en este delirio. Y el Fede, otro que nos entiende asi nomás... y que nos banca, y nos aguanta.


Un sueño que me gusta pensar que recién empieza... que falta mucho todavía y que disfrutamos todo lo que podemos, mientras seguimos caminando...








domingo, 13 de marzo de 2011

martes, 8 de marzo de 2011

La conspiraciòn de las mujeres hermosas

Cuando Jorge Allen, el poeta, se cruzaba con alguna mujer hermosa, caía en el mas hondo desasosiego.
Esta muchacha no será para mi – pensaba mientras la veía doblar para siempre la esquina.
Es que cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia de amor que no se concretara nunca. Y ya se sabe que los hombres de corazón sueñan con vivir todas las vidas.
En ocasiones especiales, Allen usurpaba el tranco de las mas buenas mozas para decirles algo.


- Vea: si no me conoce, no podrá usted darse el lujo de olvidarme.


Pero casi siempre ocurría lo mismo. Las pibas de Flores no mostraban el menor interés en olvidar o recordar al poeta.
Cabe ahora mismo salir al paso de la suspicacia general, aclarando que Allen era un joven de grata y recia figura. Además era muy versado en amorosas cuestiones. En verdad, casi no se ocupaba de otra cosa.
Una tarde, envenenado por la fría mirada de una morocha en la calle Bacacay, el hombre tuvo una inspiración: sospecho que la indiferencia de las hembras mas notables no era casual. Adivino una intención común en todas ellas.
Y decidió que tenia que existir una conjura , una conspiración. 

El la llamo La Conspiración de las Mujeres Hermosas.


Allen nunca fue un sujeto de pensamientos ordenados. Pero su idea intereso muchisimo a las personas mas reflexivas del barrio de Flores. El primer fruto que se recuerda de estas inquietudes fue la memorable conferencia en el cine San Martín pronunciada por el polígrafo Manuel Mandeb.
Su titulo fue “De las mujeres mejor no hay que hablar” vale la pena transcribir algunos párrafos conservados en la dudosa memoria de supuestos asistentes.


“…Nadie puede negar el poder diabólico de la belleza. Se trata en realidad de una fuerza mucho mas irresistible que la del dinero o la prepotencia. Cualquiera puede despreciar a quien lo sojuzga mediante el soborno o el temor. Por el contrario uno no tiene mas remedio que amar a quien le impone humillaciones en virtud de su encanto. Y esta es una trágica paradoja. “


“…Las mujeres hermosas de este barrio conocen perfectamente la calidad de sus armas y las utilizan con el único fin de provocar el sufrimiento de los hombres sensibles. Ostentan su belleza y sin embargo no permiten que uno la disfrute. Cuentan dinero delante de los pobres. Esta perversa conducta no puede ser inconsciente. Obedece, sin duda a un plan minuciosamente pensado. “


“…Cada vez que me acerco a una señorita para presentarle mi respeto. no recibo otra cosa que gestos de desagrado, gambetas ampulosas y aun amenazas de escándalo. Ya no se puede ceder el paso a una dama sin que se sospeche que esta por permitido perpetrarse una violación.”


Desde la cuarta fila, un grupo de colegialas le retruco al conferenciante, llamando su atención acerca del comportamiento de los conductores de camionetas. Opinaban las niñas que estos profesionales, mas que requerirlas de amores aprecian proponerse insultarlas.
Este que escribe opina que la objeción es interesante. Con toda frecuencia se ven por las calles individuos que lejos de postularse como admiradores de las señoritas que se les cruzan, proceden a agraviarlas con frases puercas.
Aquí surge un tema polémico. ¿En qué consiste el piropo? ¿Cuál es su objeto y esencia?



Algunos sostienen que se trata de un genero artístico: Un hombre ve a una mujer, se inspira y suelta párrafos. No existe la esperanza de una recompensa, basta con la satisfacción de haber cumplido con los duendes interiores.
Si este es el criterio correcto, la actitud de los conductores de camionetas es perfectamente comprensible. Tal vez quepan reparos de índole académica. Se puede opinar que es artísticamente superior un madrigal que un manotazo, pero ambas expresiones se encuadran rigurosamente en la definición que se ha sugerido anteriormente.
Otra corriente – menos desinteresada – piensa que todo piropo manifiesta la intención de comenzar un romance. Vale decir que se espera de la dama que lo recibe una respuesta alentadora.
Difícil será – por cierto – que alguien obtenga una sonrisa a cambio de una grosería. 

El asunto es apasionante y fue desarrollado por el propio Mandeb, mucho después, en un libro que se llamo “La objeción de las colegialas”, titulo que despertó un equivocado entusiasmo entre los conductores de camionetas.
Pero volvamos a la conferencia.
Manuel Mandeb presento durante su exposición a un italiano y a un brasileño, quienes – dificultosamente – expresaron que, en sus países, los idilios se concertaban en forma rápida entre personas desconocidas y que muchas veces bastaba con leves gestos para entenderse bien.
Curiosamente, el propio conferencista desautorizo a sus invitados.


“…Esta muy bien reclamar la tolerancia de las señoritas. Pero todo amorío debe presentar una cantidad razonable de escollos. Para serles franco, no quisiera saber nada con una mujer capaz de entreverarse en dos minutos con un tipo como yo.”


La conferencia termino en un tumulto. Varias conspiradoras asistentes empezaron a quejarse de recibir propuestas indecorosas de los caballeros vecinos. Probablemente se trataba de conductores de camionetas.
Los Refutadores de Leyendas hicieron oír su voz algunos días mas tarde.
En una de sus habituales reuniones manifestaron que no creían en la posibilidad de la conspiración. El argumento de los racionalistas merece consideración: según ellos las mujeres hermosas se odian entre si y es inconcebible cualquier tipo de acuerdo. Declararon también que es falso que esta estirpe no haga caso de los hombres: todos los días uno ve hermosas muchachas acompañadas por algún señor.
Ya en el colmo de la locura, los Hombres Sensibles contestaron que allí estaba el punto: el señor que acompaña a las mujeres hermosas es siempre otro y esto provoca aun mas tristeza que cuando uno las ve solas. No seria extraño que estas damas y sus acompañanates no fueran sino incubos y súcubos que recorren el mundo para ser dique a las almas sencillas.


Ives Castagnino, el músico de Palermo, razonaba de este modo: si el propósito de las mujeres terribles es hacer sufrir a los hombres, tienen dos maneras de lograrlo:
1) No viviendo un romance con ellos.
2) Viviéndolo.


Según parece, al músico lo aterrorizaba mucho mas la segunda posibilidad.


Como puede suponerse, las mujeres hermosas consultadas negaron siempre la existencia de la conjura. De cualquier modo, hay que reconocer que la encuesta no fue demasiado amplia. En primer lugar, las señoritas entrevistadas desconfiaban de los encuestadores y pensaban – con toda razón – que trataban de seducirlas. Y por otra parte resulta una verdadera ingenuidad que, quienes son capaces de una gesta tan oscura, se presten a revelar el secreto precisamente a sus víctimas.
Como suele ocurrir en estos casos, el tema de discusión se bifurcó innumerables veces y tomo el rumbo de los tomates.
Hubo quienes pidieron que se aclararan los limites de la hermosura para saber cabalmente quienes eran las mujeres que alcanzaban esa categoría.
La cuestión es ardua, como todo juicio estético. Se pueden tener en cuenta - quizá – algunos indicios. Se dice que si una dama es muy linda, las demás la tendrán por tonta. Pero no puede tomarse este lugar común como precepto, pues es cosa evidente que existen mujeres que, siendo tontas, son al mismo tiempo feas. Inclusive hay gente que sostiene haber conocido señoritas hermosas e inteligentes, lo cual para mi gusto es demasiado.


El asunto se torna todavía mas complejo a causa de la acción de los Agrandadores de Loros, unos caballeros mas bien babosos que con halagos y falsedades consiguen que ciertos bagayos se crean la reina del corso.

Así, los hombres de corazón llegan a padecer la violencia de verse rechazados por damas que jamas pensaron seducir. La tarea de los Agrandadores ha ido muy lejos y ha llegado incluso a las tapas de las revistas y avisos de publicidad, donde se proponen a la admiración de la gente de toda clase de
pescados con disfraz de Colombina.


Pero los Hombres Sensibles siempre supieron cuando se hallaban ante la presencia de una mujer hermosa. Sentían lo que Mandeb describía como una patada en el corazón. Y no se equivocaban nunca.


A decir verdad, jamas se alcanzaron a reunir pruebas convincentes sobre la existencia de la conspiración. Pero sus efectos se siguieron padeciendo.


Pese a todo, Allen, Mandeb y todos sus amigos siguieron recorriendo las esquinas haciendo fuerza para creer que detrás de alguna puerta iba a aparecer la mujer que les salvaría la vida.
Por suerte para los muchachos, hubo siempre entre las dilas conjuradas algunas Traidoras Adorables.
Naturalmente toda traición tiene su precio y muchas veces la exigencia era el amor eterno. Los Hombres de Flores pagaban una y otra vez este arancel. 
La denuncia de Jorge Allen ya ha sido olvidada en el barrio del Angel Gris.


Pero aunque nadie converse sobre el asunto, basta con asomarse a la puerta para comprobar que las cosas siguen como entonces. 


Allí están las mujeres hermosas en Flores y en toda la ciudad, gritando con sus miradas de hielo que no están en nuestro futuro ni en nuestro pasado.


Allí esta la abominable secta de las Chicas con Novio, poniéndonos ante la espantosa verdad de que siempre hay un hombre mejor que uno.


El camino para derrotar a esta muralla es largo y penoso, pero seguirlo es deber de los criollos arremetedores.


No hay mas remedio que quererlas a pesar de todo. Y mas todavía, tratar de que a uno lo quieran. Esta segunda labor es especialmente complicada y puede llevar la vida eterna. Consiste – por ejemplo – en ser bueno, aprender a tocar el piano, convertirse en héroe o en santo, estudiar las ciencias, comprarse
una tricota nueva, lavarse los dientes, ser considerado y tierno y renunciar a los empleos nacionales.


Una vez hecho todo esto, ya puede el hombre enamorado, pararse en la calle y esperar el paso de la primera mujer hermosa para decirle bien fuerte:

- He sufrido mucho nada mas que para saber su nombre.


Seguramente, la tipa fingirá no haber oído, mirara al horizonte y seguirá su camino.


Pero será injusto.




                                                                                                                                  Alejandro Dolina